viernes, 7 de septiembre de 2012

Música, Cristianos y Black Metal (I parte)


Por Lord Ekklektus

Existen hoy en día muchas críticas acerca de la legitimidad de utilizar música de parte de un cristiano, pues existen varias tendencias de pensamiento en este sentido, desde condenantes, hasta libertinas. Basta citar que en algunas iglesias llamadas cristianas, por ejemplo, no se utilizan instrumentos musicales en la alabanza, pues los consideran “mundanos”, o han sido descalificados porque su origen no se dio en “circunstancias divinas”.

No es diferente en el religioso mundo del “True Black Metal”, pues algunos de los que se autoproclaman “verdaderos metaleros” no soportan que un cristiano pueda ejecutar este estilo de música muy extremo, y según ellos “anticristiano”. Vemos en la red numerosos comentarios al respecto, y una guerra de opiniones, algunas de ellas evaluando únicamente el aspecto musical o artístico, otros, enfocándose en la parte religiosa o línea de pensamiento.

Haciendo historia, algunos dirán que el nacimiento del Black Metal se dio en la fría Noruega y en circunstancias de profundo odio anticristiano, lo cual no contradigo (al menos en un sentido literal), pero parece ser que esta opinión es un poco miope, pues mira únicamente la historia reciente y deja afuera la historia antigua.

Mas allá de que algunos nórdicos se hayan sentido “obligados” a aceptar a un Dios que no es el que sus países adoraban, o que esa línea de pensamiento agresiva derivó en que ahora son ellos los que “imponen”, debemos mirar un poco más atrás en la historia, al nacimiento mismo de la música y el metal.

Dónde nació la música? Hay extensas monografías que tratan de hacer algo de historia en este aspecto. Terrenalmente hablando, la música ha estado presente desde los albores de la raza humana, y nos remontaremos en dicha historia, para ello me voy a remitir a la fuente que no deja dudas, y esta es la Biblia.

Génesis 4:21 dice: ” Y el nombre de su hermano fue Jubal,  el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.

Génesis es un libro que empieza  dándonos los orígenes del universo, y luego del hombre, para continuar hablando de las primeras civilizaciones. En este texto, donde se narra los principios de la humanidad, encontramos esta primera declaración de algo relacionado a la música.

Nos dice el Buen Libro, que el “padre” de todos los que tocan instrumentos de cuerda (arpa) y de viento (flauta) es un hombre llamado Jubal. Por padre, se utiliza la palabra hebrea ab, que significa: antepasado. Entonces, los músicos tendríamos un antepasado común, en el sentido musical por supuesto, y éste es Jubal, curiosamente, el hijo de Lamec, el primer bígamo mencionado en la Biblia.

Pero no queda allí, pues Lamec fue descendiente de la malvada estirpe de Caín, el primer asesino en la tierra. Tal vez en este punto, algunos “blackers” festejen al saber que toda la música terrenal se originó desde una simiente maligna.

Veamos los textos completos: “Y conoció Caín a su mujer,  la cual concibió y dio a luz a Enoc;  y edificó una ciudad,  y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo,  Enoc.
Y a Enoc le nació Irad,  e Irad engendró a Mehujael,  y Mehujael engendró a Metusael,  y Metusael engendró a Lamec. Y Lamec tomó para sí dos mujeres;  el nombre de la una fue Ada,  y el nombre de la otra,  Zila. Y Ada dio a luz a Jabal,  el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. Y el nombre de su hermano fue Jubal,  el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. Y Zila también dio a luz a Tubal-caín,  artífice de toda obra de bronce y de hierro;  y la hermana de Tubal-caín fue Naama” (Génesis 4:17-22)

Aparte de los muchos nombres extraños a nuestra lengua, podemos ver que estos textos bíblicos mencionan sin tapujos el origen de la música en la tierra.

Jubal tuvo como madre a Ada, cuyo nombre significa adorno u ornamento. Desde allí, es lógico darse cuenta, que los orígenes de la música fueron desde una perspectiva de adornar la vida del ser humano, de embellecer con sonidos la existencia.

Continuando esta historia de humanos impíos, si Caín fue asesino, Lamec fue un tipo de una soberbia violencia, pues leemos más adelante:

“Y dijo Lamec a sus mujeres:
 Ada y Zila,  oíd mi voz;
 Mujeres de Lamec,  escuchad mi dicho:
 Que un varón mataré por mi herida,
 Y un joven por mi golpe.
Si siete veces será vengado Caín,
 Lamec en verdad setenta veces siete lo será.” (Génesis 4:23-24)

Lamec es descrito como el hombre de una violencia sin control  y esto tiene una relación con quienes a lo largo de la historia no han tenido ningún escrúpulo en derramar sangre y llenar la vida de llanto y de dolor a causa de la venganza desmedida y de la tendencia a cobrarse la justicia por su cuenta, pues la irreverente declaración de este antediluviano relata matar a un joven solo por haberle golpeado. Parece que Lamec tuvo una vida de “oscuro black metal”, pues resultó bígamo, asesino y vengativo.

¿Qué clase de hijos engendraría un tipo como Lamec? El padre de Jubal, sin duda, no fue un ejemplo de buena conducta, y esto se reflejaría en que la música, en un principio, no fue dedicada a Dios, es más, me atrevería a decir que el “poema” relatado recién, mas bien parece un extracto de algún tema musical de cualquier banda de metal de nuestros días.

Pero si la música llegó a la tierra por medio del linaje maldito, entonces ¿cómo es que usamos música en la Iglesia?, y más aún ¿Cómo es que los cristianos tocamos Black Metal?

Son innegables que la música transmite y provoca algún tipo de reacción, pues la música en sí misma es un lenguaje con sus frases, entonaciones, cadencia, ritmos, etc. Este lenguaje es universal, a través de las diferentes composiciones, el que escucha capta las emociones expresadas en la misma, y es motivado a cambios de ánimo.

Decir que la música tuvo su origen en Jubal, es un aspecto únicamente terrenal, pues el Creador del hombre, quien le dio inteligencia, es pues la verdadera fuente de cualquier conocimiento científico.

Al leer Apocalipsis, nos damos cuenta que la música tiene su verdadero significado en el cielo: “Y cuando hubo tomado el libro,  los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero;  todos tenían arpas,  y copas de oro llenas de incienso,  que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico,  diciendo:  Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;  porque tú fuiste inmolado,  y con tu sangre nos has redimido para Dios,  de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,  y reinaremos sobre la tierra”. (Apocalipsis 5:8-10)

Utilizaría Dios instrumentos en el cielo porque fueron “inventados por el hombre”? Usaría Dios instrumentos musicales sabiendo que su “origen” fue de la malévola línea de Caín? Si el Santo de santos usa música e instrumentos en el cielo, es también porque su verdadero origen no es terrenal, sino celestial.

Y el Black Metal? Si lees con atención la Biblia encontrarás muchos pasajes que relatan una música muy fuerte, gritos, estrépito, etc, y ejecutadas por los israelitas!. Un ejemplo es la toma de Jericó con Josué al mando: “Entonces el pueblo gritó,  y los sacerdotes tocaron las bocinas;  y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina,  gritó con gran vocerío,  y el muro se derrumbó.  El pueblo subió luego a la ciudad,  cada uno derecho hacia adelante,  y la tomaron.” (Josué 6:20).

Vemos que el texto indica gran vocerío, y eso es exactamente un tremendo coro de voces guturales y austeras, pues eran gritos de batalla!. Una guitarra eléctrica a full distorsión, saliendo por un stack Marshall hubiera sonado de maravilla!

No importa el origen de las cosas, lo que importa lectores, es el uso que le damos a esas cosas. Así como David usó la misma espada del filisteo Goliat para decapitarlo, Dios puede usar las armas que Satanás ha utilizado para dominar, y ponerlas en nuestras manos para aniquilar al aniquilador.

“Porque todo lo que Dios creó es bueno,  y nada es de desecharse,  si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.” (1 Timoteo 4:4-5)

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